1. Falta de motivación constante: Sientes que es difícil encontrar inspiración o motivación para realizar tareas diarias.
2. Desorden persistente: A pesar de tus esfuerzos, el desorden regresa rápido, haciendo que tu hogar se sienta caótico.
3. Conflictos frecuentes: Las peleas y malentendidos en casa son comunes, incluso por cosas pequeñas.
4. Sensación de pesadez: Al entrar en ciertas habitaciones, experimentas una sensación de incomodidad o pesadez, como si algo estuviera bloqueando el flujo natural de energía.
5. Te sientes estancado: No ves avances en tu trabajo, finanzas o relaciones. Tienes una sensación de estancamiento constante.
6. Tus aparatos fallan seguido: Los electrodomésticos y dispositivos electrónicos se dañan o dejan de funcionar con frecuencia.
7. Bajo nivel de energía: A pesar de dormir bien, te despiertas cansado y experimentas desgano durante el día.
8. Dificultad para concentrarse: Te resulta complicado enfocarte en tareas o funciones que anteriormente realizabas con facilidad, sintiéndote disperso o desconectado.
9. Plantas marchitas o muertas: Tus plantas se marchitan o mueren rápidamente, a pesar de recibir los cuidados adecuados.
10. Desinterés por el hogar: Tú o los demás miembros de la casa prefieren pasar menos tiempo en las áreas comunes o evitan estar en casa.